Bases Éticas

La inteligencia artificial (IA) está demostrando su potencial para el cuidado de la salud, siempre que se tengan muy presentes los riesgos que comporta. El uso ético y legal de esta tecnología en el ámbito debe aportar bienestar y beneficios a la ciudadanía, que se convierte en el centro del sistema. En su aplicación es imprescindible que queden garantizados los derechos y libertades de las personas, incluidas la dignidad y la privacidad.

En 2019, la Comisión Europea publicó el Informe: “Directivos Éticas por una IA Fiable” donde se aportan recomendaciones para todos los profesionales implicados en el diseño, desarrollo, despliegue, aplicación o uso de la inteligencia artificial. Desde el punto de vista ético, es el momento de definir nuevos roles y responsabilidades que permitan abordar los marcos legales vigentes.

Los valores fundamentales que impulsan el Programa Salud/IA convergen en el concepto de fiabilidad de la IA. La fiabilidad implica que las soluciones que se implementen deben ser: lícitas, éticas y robustas, tanto desde el punto de vista técnico como social, durante todo el ciclo de vida de la tecnología.

Y para conseguir estas premisas, es necesario cumplir con los siete principios éticos mencionados en las Directrices Éticas:
• Acción y supervisión humana
• Solidez técnica y seguridad
• Gestión de la privacidad y de los datos
• Transparencia
• Diversidad, equidad y no discriminación
• Bienestar social y ambiental
• Rendimiento de cuentas

El Programa Salud/IA –totalmente alineado con el citado– quiere promover la innovación tecnológica garantizando siempre bienestar y beneficios para la ciudadanía.